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Presidencia Hungría U.E.

Introducción.

"La presidencia rotatoria de la Unión Europea es una enorme oportunidad para el país”. "A partir del uno de enero de 2011 Hungría tendrá la responsabilidad de mejorar la vida no solamente de los húngaros, sino también de cientos de millones de personas”. Estas fueron las palabras que más trasfondo mediático recibieron en el tradicional discurso de año nuevo que el presidente húngaro Pal Schmitt realizó este 2011 con las que se inauguraba la presidencia de Hungría al frente de la Unión Europea, tras los seis meses de mandato de Bélgica.

El eslogan utilizado para iniciar esta difícil tarea fue el de "una Europa fuerte”, y concluyó el pasado 30 de junio para que Polonia continuase con el testigo en la presidencia de la Unión Europea.

La presidencia húngara de la Unión Europea se enmarca dentro de un proyecto pionero dentro de los 27, puesto que el programa presidencial de España, Bélgica y Hungría fue elaborado de forma conjunta por dichos países, formando el llamado "trio presidencial”.

El inicio de las reuniones periódicas se remonta a 2008 y desde entonces se ha tratado de demostrar una colaboración regular y profunda. Con este proyecto se refuerza el concepto de economía europea común siendo el objetivo principal lograr al final de este año y medio de presidencia conjunta una "verdadera unión económica entre los Estados Miembros dentro de la diversidad europea, que a su vez se pretende proteger”.

Contexto económico.

En cuanto al contexto económico en el que Hungría ha recibido el testigo europeo, podríamos calificar la situación actual como de incertidumbre. Tras la recesión vivida en 2009 el país intenta recuperarse tímidamente con medidas estructurales cuyos logros cambian radicalmente dependiendo del punto de vista y la posición política que adoptemos.

La economía húngara se contrajo un 6,3% en 2009 viéndose el país envuelto en una profunda recesión como consecuencia de la crisis económica mundial y de años de excesivo gasto tanto en el sector público como en el sector privado que daban lugar a un fuerte crecimiento del PIB pero también del déficit magiar.

Tras la coyuntura económica de 2009, en 2010 se reanudó el crecimiento como consecuencia de la recuperación de las exportaciones de las que tanto depende Hungría. De esta forma, se llegó a un crecimiento del 1,8% en el último trimestre del año con previsiones de llegar hasta el 2% del PIB en 2011. Sin embargo, la demanda interna permanece deprimida y tanto las empresas como los hogares continúan en una tendencia de contención del gasto como consecuencia de la escasez de financiación, los recortes presupuestarios, la caída de los ingresos y el alto índice de desempleo que actualmente supera el 11%.

En cuanto a la inflación, ésta se mantiene en la actualidad en torno al 4%, tras registrar en 2009 coincidiendo con el proceso de recesión un máximo del 9,6%, año en el que además el forinto se debilitó debido a las perspectivas negativas con las que el mercado mundial miraba a Hungría.

Todo este contexto económico llevó a Hungría a la necesidad de alcanzar una consolidación fiscal reduciendo el déficit presupuestario con una serie de medidas controladas y vigiladas tanto desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) como desde la Unión Europea. Esto ha contribuido a que Hungría se sitúe en torno a un 3,9% del PIB de déficit en 2010, lejos del máximo al que se llegó en 2006 en el que la cifra alcanzó el 9,3%.

Esta situación económica ha colocado a Hungría, al igual que a muchos otros países europeos, frente a un periodo de austeridad en el que se frena el gasto público y se aumentan los impuestos (el tipo general de IVA actualmente se sitúa en el 25%), aunque dichas medidas de momento no han conseguido satisfacer a los mercados financieros, las agencias de calificación o el FMI.

Objetivos iniciales.

De esta forma, comenzaba el uno de enero de 2011 la presidencia húngara de la Unión Europea, cuyo plan inicial contaba con cuatro puntos principales:

En primer lugar, se pretendía lograr un crecimiento del empleo para poder sostener el modelo social europeo. En este punto Hungría debía realizar un papel continuista de las medidas tomadas durante el año 2010 en las presidencias de Bélgica y anteriormente de España. Así, se pretendía coordinar los diferentes presupuestos de los Estados Europeos con las políticas comunitarias para dotar de una mayor coherencia al modelo europeo y contener la crisis económica.

En segundo lugar, y estrechamente relacionado con el primer punto, se confiaba en el fortalecimiento de la Unión Europea a través de una mayor integración de políticas en la Unión Europea. Debemos destacar que dichas políticas se estructuran en torno a tres elementos básicos como son los alimentos, la energía y el agua.

Con ello, dentro de los seis meses de presidencia húngara se realizaría una revisión de la política agrícola, de la política energética y la creación de una nueva política interna referente al agua. De forma paralela a este punto y en relación con la conservación del agua como recurso limitado, también se pretendía alcanzar durante la primera mitad de 2011 una estrategia europea sobre el desarrollo de la región del Danubio.

El tercero de los objetivos se centraba en el acercamiento de la Unión Europea a los ciudadanos y en impulsar el proceso de adhesión. Con ello Hungría trató desde un primer momento de promover la aplicación del Programa de Estocolmo, avanzando en la ampliación de la zona Schengen a Bulgaria y Rumanía con el fin de favorecer la libre circulación de personas y proteger los derechos fundamentales de los europeos.

Además, Hungría desea defender la diversidad cultural como un valor europeo que debe ser protegido y que supone un activo para los diferentes pueblos que forman la Unión Europea.

El último de los objetivos iniciales hacía referencia a la política de vecindad. Hungría quería con este punto sentar las bases para una futura ampliación de la Unión Europea integrando la región de los Balcanes Occidentales y haciendo todo lo posible para lograr la adhesión de Croacia en el primer trimestre de 2011.

Circunstancias económicas y políticas.

Conflicto libio.

Sin embargo, y a pesar de los objetivos definidos desde un primer momento, el inicio de 2011 y por tanto de la presidencia húngara de la Unión Europea ha estado marcado por la crisis económica y financiera que vivimos en Europa así como por la revueltas en el mundo árabe y más concretamente en Libia, llegando a intervenir militarmente en dicho país varios miembros de la Unión.

De esta forma, el reto principal al que la presidencia húngara se ha enfrentado en estos primeros meses de mandato desde un punto de vista político ha sido coordinar la respuesta europea a los abusos de Muammar el Gadafi contra su pueblo. Con ello, esta coordinación a nivel europeo ha permitido imponer sanciones al líder libio, simplificar las labores de repatriación de los ciudadanos comunitarios y prestar ayuda a Italia ante la creciente llegada de inmigrantes a sus costas de los países árabes en los que se estaban produciendo las revueltas.

Dentro del contexto libio, la Unión Europea coordinada por Hungría (único país de los 27 que mantiene su embajada operativa en Trípoli) decidió participar en la intervención militar para proteger a la población civil de Libia bajo bandera de la OTAN, además de lograrse acuerdos para prestar ayuda humanitaria en la zona.

En la primera de las reuniones celebradas en Gödöllö se aprobó la "zona de exclusión aérea” para Libia como la mejor solución para evitar los ataques que los partidarios del líder Muammar el Gadafi estaban realizando sobre la población civil, protegiendo de esta forma al pueblo libio sin llevar a cabo una intervención militar terrestre que pudiese ser entendida como un "ataque de occidente hacia el mundo árabe”.

Por otro lado, también se debatió la forma de apoyar con dinero y otros recursos a los nuevos sistemas políticos que están surgiendo en el país, realizando nuevas inversiones y creando nuevos puentes comerciales entre la Unión Europea y Libia. Así, se hizo hincapié en todo momento en la necesidad de entender quién, dentro de los grupos opositores al Gobierno libio, puede ofrecer la confianza suficiente como para emprender un diálogo que permita conocer de primera mano la situación existente en el país.

Energía nuclear tras el desastre en Japón.

Otro de los fenómenos que han marcado estos meses de presidencia y que no se encontraban en ninguna previsión inicial es el referente al debate nuclear surgido a partir de la crisis japonesa. El desastre nuclear tras el terremoto y posterior tsunami que afectó a la central de Fukushima ha provocado profundas dudas a nivel europeo sobre la conveniencia o no de mantener dicha fuente de energía.

A lo largo del mes de marzo se celebraron diversas reuniones en las que se aprobaron ayudas para Japón pero en las que también se decidió aumentar los controles en las centrales nucleares europeas para evitar un posible desastre nuclear en el vigésimo quinto aniversario del mayor desastre nuclear de la historia sucedido en Chernóbil y que marcó un punto de inflexión para dicha fuente de energía.

En Hungría, la primera y única central nuclear del país está situada a unos cinco kilómetros de la ciudad de Paks y produce el 40% de la energía eléctrica generada por el país magyar. La vida útil de sus cuatro reactores expira entre 2012 y 2017, con lo que existe un intenso debate acerca del futuro de la planta nuclear.

Las diferentes reuniones celebradas en Gödöllö para tratar este tema han reunido a los ministros de energía de los 27 países de la Unión Europea, acordando realizar controles más rigurosos a través de un proceso "transparente y abierto” en el que se informará a la prensa de los resultados de los tests periódicamente.

En la actualidad catorce de los Estados Miembros producen este tipo de energía en un total de 143 reactores pero además, debido a las dimensiones de un posible desastre nuclear, la Unión Europea ha invitado a países limítrofes como Ucrania, Rusia, Suiza, Turquía y Armenia a las distintas reuniones y a realizar los exámenes oportunos en sus centrales.

Una vez alcanzados los acuerdos sobre seguridad, en el mes de abril las reuniones en torno al desastre nuclear de Japón tuvieron como tema fundamental la importación de productos procedentes del país asiático, y la posibilidad de aumentar las restricciones sobre los mismos ante la posibilidad de que pudieran estar contaminados por la radiación precedente de la central nuclear de Fukushima.

Desde Gödöllö los Estados Miembros han tratado de transmitir en todo momento una sensación de normalidad y de calma puesto que Japón sólo puede exportar a la Unión Europea cuatro productos de origen animal y las importaciones de frutas y verduras tan sólo suponen el 0,1% del total siendo los controles continuos y estrictos pudiendo verificar si alguno de los productos contiene un nivel de radiación más elevado que las cantidades habituales.

Avances en los objetivos iniciales.

Fuera de las coyunturas extraordinarias que se han producido estos meses y que sin duda han marcado la mayoría de los esfuerzos de Hungría como presidenta de la Unión Europea, también se ha tratado de avanzar en la medida de lo posible en los objetivos previstos inicialmente.

Unión económica y políticas comunitarias.

En los dos primeros puntos del programa para la Presidencia señalábamos la creación de políticas comunitarias como una de las prioridades de Hungría. La primera tarea al respecto ha sido la de actualizar uno de los acuerdos de mayor éxito hasta el momento, la Política Agraria Común. Con la reforma que se está proponiendo se camina hacia una agricultura multifuncional, sostenible y competitiva presente en todo el territorio de los 27, incluidas las regiones con problemas particulares. Dicha política, junto a la proposición húngara de creación de una política común en energía y agua pretende desarrollar la estrategia europea de explotar de manera sostenible los recursos naturales de la Unión Europea beneficiando de manera económica a todos sus miembros.

Estas iniciativas, junto con una mayor supervisión económica y una mayor colaboración entre los Estados Miembros han tenido como objetivo restablecer la confianza en el modelo europeo para poder avanzar en la senda del desarrollo sostenible y el crecimiento del empleo, que sigue siendo uno de los problemas principales a resolver por la Unión Europea.

Ampliación de la Unión Europea y del espacio Schenguen.

Por su parte, en el tercero de los objetivos previstos se pretendía avanzar en la adhesión de nuevos países a la Unión Europea y al espacio Schenguen, impulsando al mismo tiempo la lucha contra la exclusión social y la pobreza.

En lo referente al acuerdo Schenguen, que permite suprimir los controles en las fronteras interiores entre los Estados signatarios y crear una única frontera exterior, Hungría se ha mostrado en todo momento a favor de la inclusión en el mismo de Rumanía y Bulgaria, la cual no se ha producido hasta el momento. Cabe destacar que la aceptación o negativa se llevará a cabo de forma conjunta para ambos, puesto que la frontera existente entre Rumanía y Bulgaria nunca ha sido objeto de control.

Por el momento el acuerdo para la ampliación del espacio Schenguen parece cercano, aunque países como Francia y Alemania siguen mostrándose reticentes a una incorporación que consideran prematura puesto que el 75% de la inmigración ilegal de toda la Unión Europea se produce a través de estos dos países. Junto a este dato preocupa también la alta corrupción existente en dichos países, puesto que la base de datos del sistema podría ser vulnerable, tratando en todo momento de desvincular el debate con un posible trato discriminatorio y descartando que una postura negativa pueda deberse a un cierto recelo en cuanto a la integración de los gitanos residentes en dichos países.

En lo referente a las futuras adhesiones, existen cinco candidatos con los que actualmente se está negociando su entrada en la Unión Europea. Así, a Turquía, Croacia, Macedonia e Islandia se ha unido Montenegro, que fue aceptado como candidato por el Consejo Europeo en 2010. Por el momento, Hungría se ha mostrado a la cabeza en la defensa de la integración y adhesión de estos países a la Unión Europea puesto que, en su opinión, suponen nuevas oportunidades de crecimiento para los Estados Miembros.

Particularmente interesante resulta el caso de Croacia, puesto que el objetivo inicial de la Presidencia húngara de la Unión Europea era su incorporación durante los tres primeros meses de 2011. Finalmente este hecho se ha demorado asegurándose que la Europa de los 28 será una realidad a finales de 2012.

Respeto y protección de los Derechos Humanos e integración de la etnia gitana.

En relación con la no discriminación de la etnia gitana, la presidencia húngara ha propuesto desarrollar un marco legislativo a seguir y respetar por los 27 y que permita asegurar la integración de un colectivo que supone la más amplia minoría étnica de Europa con una población cercana a los 12 millones de personas repartidas por todo el continente pero situadas principalmente en Rumanía, Bulgaria, Hungría, Eslovaquia, República Checa y España.

Hungría pretende en este punto que cada país desarrolle e implante su propia normativa legal a partir de los acuerdos y debates celebrados entre los Estados Miembros, de forma que el marco legislativo aprobado a nivel europeo sea eficaz y aplicable sin excepción en la Unión Europea.

Cooperación con las ex repúblicas soviéticas.

Al mismo tiempo, estos seis meses están sirviendo para tratar de incrementar las relaciones políticas y económicas con las seis ex repúblicas soviéticas de Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania, para lo cual se celebrará la segunda cumbre de la Alianza del Este antes de la finalización de la presidencia húngara de la Unión Europea.

La primera de estas cumbres se celebró en Praga en mayo de 2009 y con esta nueva reunión se adoptarán medidas estratégicas que permitan en el futuro llegar a acuerdos legislativos concretos. Con este nuevo paso se camina hacia el objetivo principal de esta alianza, que es desarrollar y acercar el Ordenamiento Jurídico de estos países a las normas legales europeas para mejorar las relaciones de vecindad y promover el "bienestar, la estabilidad y la seguridad en los países vecinos de la Unión”.

A largo plazo los objetivos serán alcanzar acuerdos sobre el libre comercio y la liberalización de los visados, así como lograr una mayor cooperación a nivel energético.

Para intensificar las relaciones y poder alcanzar los mencionados pactos la Unión Europea ha establecido cuatro vías de actuación. En primer lugar, defenderá la democracia, el buen gobierno y la estabilidad en estos seis países, para posteriormente lograr una mayor integración económica y política con Los Estados Miembros. El tercero de los puntos clave será lograr una mayor seguridad energética, punto en el que más se está avanzando en la actualidad, para finalmente tratar de establecer lazos concretos a nivel cultural con estos países.

Cabe destacar que los fondos comunitarios dedicados a este punto irán incrementándose conforme se intensifiquen los contactos, pasando de los 450 millones de euros en 2008 a los 785 millones que hay presupuestados para 2013.

Estrategia hasta 2020.

Con la Presidencia de Hungría comenzaba también un nuevo periodo a nivel estratégico en la Unión Europea que pretendía corregir los errores del pasado, para evitar una nueva crisis económica y sentar las bases del nuevo crecimiento económico. Esta estrategia a largo plazo, de la que resultaría en este momento precipitado extraer conclusiones, se basa en cinco puntos principales:

Incremento del empleo en los jóvenes, personas de edad avanzada y sectores de población poco cualificados para incrementar el empleo en la población entre 20 y 64 años hasta el 75%.

Lograr una inversión en Investigación y Desarrollo tanto a nivel público como privado de un 3% del PIB.

Reducir las emisiones de gases efecto invernadero en un 20% en comparación con los índices de 1990, incrementar la presencia de energías renovables en un 20% y mejorar la eficiencia energética en otro 20%.

Mejorar la educación de la población reduciendo el abandono escolar en un 10% e incrementando a un 40% las personas de entre 30 y 34 años con estudios superiores.

Reducción de la pobreza y de la exclusión social, poniendo énfasis en mitigar la pobreza en los niños y promover la integración de la etnia gitana.

Política regional.

En este punto el objetivo de Hungría ha sido sentar las bases con diversas reuniones de ministros y del Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea, para que Polonia pueda llegar a aprobar medidas concretas en forma de reglamentos durante su presidencia en la segunda mitad de 2011.

Presupuesto de la presidencia.

En cuanto al presupuesto que Hungría ha previsto para llevar a cabo las labores de la Presidencia Europea éste asciende a los 23.780 millones de forintos, unos 90 millones de euros y por el momento se desconoce si el país magiar ha sido capaz de cumplir con este objetivo. El citado presupuesto fue aprobado en noviembre de 2010 y responde a la política de contención del gasto que vive Europa en la actualidad debido a la crisis económica.

Aunque no es fácil determinar con exactitud el gasto llevado a cabo por presidencias anteriores, normalmente se ha situado entre los 80 y los 150 millones de euros, con lo que el objetivo principal de Hungría ha sido desde el comienzo de año tratar de aprovechar de la manera más eficiente posible el dinero de los contribuyentes, sin realizar gastos desorbitados.

La mayor parte de esos cerca de 90 millones de euros han sido invertidos en la organización de eventos que durante los seis meses de presidencia has ascendido a 260 aproximadamente, recibiendo Hungría a entre 35.000 y 40.000 invitados oficiales. Además, el país magiar debe costear el alojamiento de las delegaciones gubernamentales extranjeras así como el transporte de sus miembros hasta los lugares de reunión.

Otra partida de gasto no menos importante es la referida a las labores de traducción e interpretación así como la instalación de la tecnología requerida para realizar esas labores durante las conferencias. De forma secundaria, Hungría también se hace cargo de la actualización de la página web referida a la Presidencia de la Unión Europea y de los obsequios que de forma simbólica se realizan en los eventos y conferencias, los cuales no podían superar un valor de 200 euros y que estaban relacionados en su mayor parte con las artes y la cultura húngaras.